Historias que no serán filmadas: larga vida al cineclub

Historias que no serán filmadas es un libro escrito por Jesús Torres, El Gato Raro.

UANLeer presentación libro

Historias que no serán filmadas, cineclubismo en Nuevo León. Es el libro del periodista cultural Jesús Torres, El Gato Raro, que fue presentado el 14 de marzo en la Feria UANLeer. Un libro, como lo describe el propio autor, para leer, como ejercicio multidisciplinario, como objeto de deseo.

Está compuesto por nueve textos, nueve capítulos, que no se encuentran entrelazados entre sí, salvo por el común denominador: el cineclub.

En la presentación, Torres explicó que el objetivo Historias que no serán filmadas es precisamente que el “cineclub” no desaparezca. Desde ese punto de vista, un documento que resguarda las memorias, a través de la ficción, de una generación ubicada en Monterrey, que se forjó de una otra manera en el camino del cine, dentro de estas salitas independientes que se establecían ya sea en un videoclub, cafetería o, incluso, hasta en un bar, como el caso del Gargantúas (que dicho sea de paso, el cineclub permanece hasta estos días).

Historias que no serán filmadas

El libro es producto de una beca del Centro de Escritores Cinematográficos de Conarte, que originalmente sería una compilación de textos en los que se recorrería la historia del desarrollo del cine en Nuevo León.

Sin embargo, después del primer capítulo, que es el único texto de no ficción, Torres decidió que el resto serían “mentiras”.

“Toda la vida he contado la verdad, como periodista. Aquí decidí escribir mentiras”, mencionó en relación a los textos de ficción en los que cuenta historias como aquella donde un estudiante se enamora de una maestra y comienzan un idilio; otra, donde un par de vampiros alemanes llegan al cineclub del Centro Cultural Alemán en Monterrey y conocen el ardiente calor del verano.

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Historias que no serán filmadas, pero que podrían serlo, explicó Torres. Pues podrían ser apenas ese primer paso para que alguien más se inspire en llevarlas a la pantalla, o él mismo. Historias que no serán filmadas suena tajante, pero es sólo una alegoría, un símbolo, una referencia a la nostalgia de una época, un grupo de amigos, una generación que se gestó en las gradas de los cineclubs regios y que de ahí, cada uno entretejió su historia guiada por el amor al cine; y cada una de estas historias podría ser filmadas.

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