A pesar de las promesas de Marcelo Ebrard de terminar el año con la negociación cerrada de los aranceles con EU, la OCDE advierte que México enfrentará dos años marcados por la incertidumbre comercial que rodea la renegociación del T-MEC.
El organismo supone que en 2026 y 2027 seguirán aplicándose aranceles de 25% a las exportaciones que no cumplan las reglas del acuerdo, así como a automóviles, autopartes, camiones y sus componentes. Además, proyecta un arancel de 50% de Estados Unidos a las importaciones de acero, aluminio y productos semielaborados de cobre.
Según la OCDE, los aranceles proyectados y la renegociación del T-MEC generan tanta incertidumbre que limitan las exportaciones y frenan las decisiones de inversión. Eso deja a la economía con un crecimiento muy magro para 2025 (de 0.7%) y con poco impulso para recuperarse: 1.2% y 1.7% en 2026 y 2027, respectivamente. La recuperación vendrá de la mano del consumo privado, respaldado por bajo desempleo y la menor inflación; y por una leve recuperación de la inversión privada por las menores tasas de interés. Sin embargo, eso no alcanzará para compensar la magra inversión pública ni la debilidad externa.
“Posibles incrementos arancelarios sobre las importaciones mexicanas provenientes de países sin acuerdos comerciales podrían generar presiones inflacionarias adicionales. En contraste, una reducción de la incertidumbre -por ejemplo, mediante una renegociación rápida y exitosa del acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá- podría impulsar la inversión y las exportaciones más de lo previsto”, resume el organismo.
Con este panorama, la OCDE advierte que el banco central no debe acelerar los recortes. “Nuevas reducciones deben ser dependientes de los datos y avanzar solo cuando exista evidencia clara de que la inflación se encamina nuevamente hacia el objetivo de 3%”. Con base en su escenario, la tasa de referencia podría ubicarse en 6.25% hacia finales de 2026 y la inflación en 3.8% para 2025, 3.3% en 2026 y 2.9% en 2027.
