La calificadora Moody’s
advirtió que México enfrentó en la primera mitad de 2025 su “segundo nivel más bajo de la historia” en llegada de capitales, después de haber alcanzado un récord un año antes.
Según el documento, el retroceso se explica por la incertidumbre provocada por posibles cambios en los aranceles de Estados Unidos y por la revisión del T-MEC prevista para 2026.
El informe también subraya que México se está moviendo hacia una postura más defensiva frente a China, mientras busca mantener sin sobresaltos el comercio con Estados Unidos y Canadá. Ese doble movimiento ocurre en un contexto internacional donde la geopolítica y los aranceles están reconfigurando las decisiones de inversión.
El consumo da un respiro al crecimiento mientras la inversión sigue en caída
Otro punto destacado por la agencia es que México sigue siendo uno de los mercados donde los flujos hacia deuda local encuentran una mayor profundidad. Lo ubica junto con China, los países de ASEAN, Brasil y Sudáfrica entre los destinos que concentran la mayor parte de la demanda global por bonos en moneda local. Sin embargo, incluso en este terreno, Moody’s advierte que la revisión del T-MEC también está “demorando las decisiones de inversión y emisión”, lo que refuerza la cautela en el financiamiento corporativo.
El reporte dedica un apartado al crecimiento del mercado de centros de datos y coloca a México como el segundo más grande de América Latina. Moody’s señala que el país se beneficia de su cercanía con Estados Unidos, de zonas económicas especiales y del avance de inversiones a hiperescala en Querétaro. La agencia destaca que este tipo de proyectos continúa expandiéndose en la región y que México se mantiene como uno de los principales receptores.
Finalmente, Moody’s advierte que parte importante del sector corporativo mexicano está expuesto a los riesgos físicos del cambio climático. Según la calificadora, al menos la mitad de los emisores de deuda evaluados en México muestran una exposición moderada o alta a fenómenos como inundaciones, huracanes o escasez de agua. Aunque el informe no profundiza por sector, sí aclara que los riesgos se concentran especialmente en actividades con activos fijos, como agricultura, minería, servicios públicos e infraestructura, lo que suma un factor adicional de vulnerabilidad en los próximos años.
