Mona Lisa: Descubren su ubicación real tras siglos de misterio

La Mona Lisa, el icónico retrato de Leonardo da Vinci, ha sido objeto de fascinación y debate durante siglos. Ahora, una nueva investigación afirma haber identificado el lugar exacto que inspiró la famosa pintura.

La geóloga italiana Silvana Vinceti ha presentado un estudio que sugiere que el paisaje de fondo de la Mona Lisa corresponde a la Val d’Elsa, una región montañosa de la Toscana. Vinceti basó su análisis en la comparación de elementos geológicos de la pintura con fotografías y mapas de la zona.

“La Mona Lisa no es solo un retrato, es una ventana a un paisaje real”, afirma Vinceti. “Mi investigación demuestra que Leonardo da Vinci eligió cuidadosamente este lugar por su belleza y significado simbólico.”

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La teoría de Vinceti ha sido recibida con entusiasmo por algunos expertos en arte, quienes la consideran un avance significativo en la comprensión de la Mona Lisa. Sin embargo, otros han expresado cautela, señalando que se necesitan más pruebas para confirmar sus hallazgos.

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Mona Lisa, una nueva dimensión

Más allá de su valor científico, el descubrimiento de Vinceti ha despertado la imaginación del público. La idea de que la Mona Lisa esté conectada a un lugar real específico añade una nueva dimensión a la obra maestra de Leonardo da Vinci.

¿Qué significa este descubrimiento para el futuro de la Mona Lisa? Es posible que inspire nuevas investigaciones sobre la vida y obra de Leonardo da Vinci. También podría conducir a una mayor appreciation del paisaje de la Val d’Elsa, que ahora está inextricablemente vinculado a la Mona Lisa.

Independientemente de las implicaciones a largo plazo, el descubrimiento de Vinceti es un recordatorio del poder perdurable del arte para inspirar y conectar con las personas. La Mona Lisa sigue siendo una obra maestra enigmática, y este nuevo descubrimiento solo añade a su misterio y fascinación.

Pinin Brambilla, la mujer que dedicó 20 años a rescatar ‘La Última Cena’

Pinin Brambilla pasó más de dos décadas restaurando “La Última Cena’, de Leonardo Da Vinci. La mujer, especialista en restauración y una de las más destacadas expertas en la conservación de frescos, inició su trabajó en 1977 y lo concluyó en 1999.

Pinin Brambilla pasó más de dos décadas restaurando “La Última Cena’, de Leonardo Da Vinci. La mujer, especialista en restauración y una de las más destacadas expertas en la conservación de frescos, inició su trabajó en 1977 y lo concluyó en 1999.

Pinin no era la primera en intentar restaurar el mural de 4 metros y medio de altura hecho por Leonardo Da Vinci, que fue comisionada por el duque de Milán, Ludovico Sforza y que se encuentra en el monasterio de la Iglesia de Santa Maria delle Grazie en Milán.

El objetivo de Pinin Brambilla era recuperar el carácter de individuo de cada uno de los personajes que aparecen en la pintura; esto porque antes que ella, al menos seis restauradores habían trabajado sobre la obra y cada uno de ellos cambió la expresión de estos.

Pinin Brambilla al rescate

El principal problema del mural, es que la técnica que utilizó Leonardo Da Vinci, era poco duradera; ya que apenas se terminó, comenzó a desintegrarse.

Según los expertos, esto sucedió porque el pintor no recurrió a la técnica tradicional de pintura al fresco, en el que la que se aplica una capa de mortero de cal húmeda sobre la pintura, para que el pigmento se fije a la pared.

Antes de comenzar a trabajar sobre la obra, Pinin Brambilla diseñó una estrategia: primero, ella y su equipo de colaboradores, hicieron pequeñas perforaciones en la pared para ingresar video cámaras y así saber cuántas capas de pintura componían la obra.

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La labor no fue sencilla, trabajaron con instrumentos quirúrgicos para retirar las capas de pintura y pegamento hasta llegar a la obra original.

Pinin Brambilla concluyó su trabajo hacia 1999, cuando ella tenía más de 70 años.

“Cuando terminé de trabajar en la pintura, estaba triste porque tenía que abandonarla”, dijo

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