Una asamblea por el Cablebús en Milpa Alta terminó en riña y expuso a la CDMX

Como ya es costumbre en la administración de la jefa de Gobierno de la CDMX, Clara Brugada, los grandes proyectos que impulsa son consultados con la ciudadanía para recibir su apoyo y acompañamiento. Como ya es costumbre, también, muchas de estas consultas ciudadanas no salen como se esperaba. Este domingo fue el caso, por ejemplo, de la asamblea que se llevó a cabo en Milpa para construir la Línea 6 del Cablebús, que terminó en una riña y expuso al oficialismo capitalino.

Este domingo, en la plaza de San Francisco Tecoxpa, se llevó a cabo una asamblea ciudadana para lograr el acompañamiento ciudadano de la línea 6 del Cablebús, que conectará a Milpa Alta con Tláhuac a través de 12.6 kilómetros. Como ya ocurrió otras veces, el final no fue el esperado: un grupo de pobladores rechazó la iniciativa e intentó romper la reunión para impedir su avance, lo que generó una riña y el uso de gas pimiento por parte de autoridades que intentaron, en vano, poner orden. Esto generó, además, el corte de la carretera Xochimilco-Oaxtepec como forma de protesta.

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No es la primera vez que una asamblea ciudadana termina de mala manera para el oficialismo. Por ejemplo, en Xochimilco ocurrieron imágenes similares a la hora de tratar la primera Utopía que Clara Brugada busca construir en la demarcación y que, finalmente, fue rechazada en votación popular, lo que mantiene detenida a la iniciativa. Esta vez -como en las pasadas- las escenas de violencia dejan expuesto al gobierno capitalino, donde crecen los cruces de responsabilidades y las incomodidades entre los distintos grupos involucrados.

Una fuente del gobierno capitalino que estuvo al tanto de la asamblea de este domingo apuntó contra le secretario de Participación Ciudadana, Tomás Pliego, y el secretario de Gobierno, César Cravioto, los dos pilares de la operación política del gobierno capitalino. “No se planchó el tema antes de la asamblea”, disparó y señaló a los mismos actores que ya fueron señalados por los pasos en falso en Xochimilco y Álvaro Obregón, donde la Utopía de Clara Brugada también enfrenta serios problemas.

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Según esta fuente, los sectores que intentan impedir la construcción de la nueva línea del Cablebús son terratenientes que aprovechan el uso de suelo comunal de las tierras que serían utilizadas para las obras, lo que les permite gozar de una serie de beneficios fiscales. Ante este nuevo escenario, temen que las mismas cambien de tipificación y perder estos derechos, algo que en el oficialismo descartan que vaya a suceder. Sin embargo, estos grupos no habrían sido tenidos en cuenta a la hora de desplegar la operación política y mantiene su rechazo a las obras.

Como sucedió en Xochimilco, las figuras que quedaron en la mira son el secretario de Participación Ciudadana, Tomás Pliego, y su par de Gobierno, César Cravioto, dos hombres de la mayor confianza de la jefa de Gobierno, quienes les delega la operación política de sus proyectos y asambleas. Sin embargo, los antecedentes en Xochimilco, Álvaro Obregón, y Cuajimalpa -donde la Utopía tampoco avanza- genera una lluvia de críticas antes de que termine el primer año de gobierno de la actual administración.  

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