Sheinbaum prepara otro aumento al salario mínimo y crecen las alertas por su sostenibilidad
El gobierno de Claudia Sheinbaum se prepara para aplicar el segundo aumento del salario mínimo de su gestión. Aunque evitó adelantar un número exacto para 2026, la presidenta dejó abierta la posibilidad de repetir un incremento similar al de 2025, del 12%.
Con esta declaración, empieza a perfilarse la continuidad de una de las banderas del lopezobradorismo: la recuperación del salario mínimo que, entre 2018 y 2024, acumuló un alza real de 111%. Pero, por primera vez en años, los analistas advierten que esta estrategia podría estar llegando a su límite y que nuevos aumentos sin mejoras en productividad podrían empezar a jugar en contra de sus propios objetivos.
La subdirectora de Estudios Económicos de Banamex, Paulina Anciola estima que el próximo ajuste podría rondar 11%, y advierte que la política de incrementos durante el gobierno de AMLO “fue positiva para recuperar el ingreso y reducir desigualdades, pero está llegando a su límite”.
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Su lectura es que, sin medidas paralelas para elevar la productividad, como inversión en infraestructura, tecnología, y desarrollo de recursos humano, el alza comenzará a trasladarse a la estructura de costos empresaria -sobre todo en firmas pequeñas y en actividades intensivas en mano de obra-, lo que puede derivar en ajustes de empleo o precios.
“Ya empezamos a ver presiones de precios en servicios de alimentación, como restaurantes y loncherías, intensivos en mano de obra donde los márgenes son reducidos y los costos laborales se trasladan rápidamente”, señaló en diálogo con LPO.
Desde el ámbito social la crítica apunta a equilibrar la brecha entre el salario mínimo general, que rige en la mayoría del país y es de 8,364 pesos, y el de la frontera norte que alcanza 12,596 pesos mensuales.
Fuente: Acción Ciudadana Frente a la Pobreza
Frente a este escenario, la organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza propone retomar el modelo de aumentos diferenciados que se aplicó en 2019 y 2020. Su presidente ejecutivo, Rogelio Gómez Hermosillo, plantea que el salario mínimo general, que rige en la mayoría del país, debería aumentar 16%, mientras que el de la frontera norte subir solo 4%.
Gómez Hermosillo considera que el salario fronterizo está sobrevaluado: “El costo de vida no es 50% más alto en la frontera. Esto está generando el cierre de algunas plantas y afecta al empleo. Las empresas se mueven a donde les convenga”. En tanto, el general aún necesita una recuperación más acelerada para acercarse a la meta oficial de 2.5 canastas básicas hacia 2030.
El incremento tendría un impacto directo limitado: alcanzaría a unos 8.5 millones de trabajadores formales, alrededor del 38% de los asegurados en el IMSS, que hoy perciben ingresos por debajo del salario mínimo. Sin embargo, su impacto indirecto es más amplio, por el “efecto faro” que el guarismo genera tanto en los salarios medios, como en el de más de 21 millones de personas en la informalidad, que podrían usar el nuevo referente salarial para justificar aumentos en sus ingresos.
El próximo aumento será definido en diciembre por la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), el organismo tripartito integrado por gobierno, empresarios y trabajadores. El resultado puede ayudar a sostener el poder adquisitivo, pero su éxito dependerá de acompañarlo con políticas de productividad, inversión, educación, salud e infraestructura que permitan que el ingreso suba de forma sostenible.
