El poder económico sale a escena
El fin de semana un hombre clave del Ejecutivo estatal habló por teléfono con Álvaro Fernández Garza, mandamás de Grupo Alfa. El funcionario le mencionaba que algunos empresarios se habían acelerado contra el Gobierno por el incremento del ISN. “No, no son algunos, son todos”, respondió el directivo.
La anécdota, plasmada en la foto de los jefes de las principales cámaras cuestionando la medida, da cuenta de una realidad más sigilosa que es la de un empresariado estatal cohesionado y movilizado rumbo a la próxima elección del 2027.
La discusión del ISN, según explican a esta redacción desde la Caintra NL conducida por Jorge Santos, funcionó como una suerte de amalgama para discutir otras cuestiones de la realidad estatal.
El movimiento del gobernador Samuel García fue entendido en dicha cámara como una audacia que vino recomendada desde otras geografías y que tenía su base en que los empresarios no iban a reaccionar, cosa que finalmente sucedió.
Algunos ejecutivos que hablan mucho con el gobernador dicen en privado que, en realidad, como político pragmático que es, Samuel buscó tensionar la relación con el poder económico para luego acordar e ingresar con buen ánimo al estratégico año 2026. Alterar la realidad para luego capitalizarla a su favor.
Ficción o realidad, la discusión por el ISN encendió ciertos ánimos y hubo llamadas de altura que, para colmo, sucedieron en un fin de semana poco feliz si se considera el sorteo mundialista. Corolario: el gobernador bajó la intensidad y prometió arreglarse con lo que decida el Congreso, donde la posibilidad de que no haya Presupuesto para el año que viene está latente.
En Palacio de Cantera susurran que el incremento de impuestos, finalmente, no era tan urgente y esperan un apoyo de la presidenta Claudia Sheinbaum que, acaso, volvería a enviar a César Yáñez para resolver la gobernabilidad estatal y la arista de los recursos.
Respecto al 2027, el ánimo empresarial no es del todo negativo para con MC pero también es cierto que a Dante Delgado se le dijo desde un corporativo ineludible que el partido naranja debe tener más candidatos para la sucesión. Un atajo sutil para manifestar cierta distancia hacia Mariana Rodríguez y el senador Luis Donaldo Colosio, que, por las dudas, no deja de mirar hacia Sonora.
En el Frente PRI-PAN el comportamiento fue esperable. El alcalde regio Adrián De la Garza cerró filas rápidamente con los ejecutivos que lo llamaron y, en el PAN, se les dijo a todas las cámaras que esperan contar con sus candidatos por la vía ciudadana, que no habrá malentendidos y que hay lugares disponibles en diputaciones locales, federales y, desde ya, la siempre atractiva opción de la alcaldía de Monterrey.
En esos intercambios quedó, para los empresarios, la idea de que la alianza PRI-PAN está blindada y que De la Garza será el candidato. El alcalde cumple con varias de las expectativas del círculo empresarial pero, obviamente, quisieran verlo mejor un poco mejor ubicado en las encuestas que consumen, más cerca de los 35 puntos que de los 28.
En Morena hubo dos jugadores que se movieron rápido. El senador Waldo Fernández y el alcalde Andrés Mijes, ambos buscaron comunicación con diversos interlocutores y se mostraron como opciones pragmáticas e incluso el senador cuestionó al Ejecutivo por la medida.
Mijes y Fernández buscaron mostrarse racionales para esa gran gama de empresas que no están en el Grupo de los 10 ni cotizan en Bolsa pero que tienen interés en la política y, esencialmente, en apoyar proyectos electorales.
